terça-feira, abril 09, 2013

¿Ética? ¿En la política?

A cuando la revolución de los claveles en Portugal yo era una adolescente de 16 años y debía terminar el bachillerato en un internado. La naciente democracia me ha dado muchas ganas para cambiar el mundo. Ingenua, creía en las palabras de los políticos, en los programas de los partidos.

Cambiar el mundo, hacerlo más justo, hacer política no por dinero, ese vil metal, ni tampoco por la avaricia y por el poder. Ingenuamente cree que esto sería posible. Que los políticos – del gobierno y de la oposición – estaban allá para servir al país y al pueblo. La inocencia de la infancia….

Me torné adulta y 39 años después de la revolución de los claveles ya no creo ni en política ni en los políticos. Lo creo ahora que los políticos están en el poder solamente para se servir a si mismos, en lugar de servir al país. Para poder actuar al margen de la ley (felizmente hay también otros ejemplos. Pocos, pero los hay).
Consideremos dos ejemplos de miles que hay en el mundo.

Hace unas semanas Glória Araújo, miembro del Partido Socialista Portugués y miembro del Comité de Ética del Parlamento de Portugal, celebró su 37 cumpleaños con entusiasmo. Hasta ahora nada problemático. El problema era lo que resultó después de la fiesta. ¡Glória Araújo fue recogida por la policía con una  tasa de alcohol de 2,4 m! ¡El valor máximo es 0,5! El código de circulación establece que conducir con más do que 1,2 gramos de alcohol por litro de sangre es considerado un crimen. Ella, un miembro del Comité de ética, dijo que conducir con alcohol fue un error pero que tal no obliga a dimitir de su cargo.
Yo entiendo que el comportamiento de los titulares de determinados puestos debe ser ejemplar. Si no lo es, hay que dimitirse.

Otro ejemplo. El Ministro de Economía portugués ha designado como Secretario de Estado a Franquelim Alves, un director que brilló en un banco que quebró por mala gestión y muchísimas fraudes.

Entonces, ¿cómo es: Franquelim Alves quien tenía la responsabilidad de la situación de BPN, que demostró haber sido un fraude colosal que ha costado el portugués más de 3500 millones de euros de dinero público, como puede ser nombrado a Secretario de Estado, estando tan comprometido a ese proceso? ¿Amistades? ¿Amiguismo? ¿Dónde está la ética en la política?

Muchos y muchos son los ejemplos, aquí en Portugal y el resto del mundo. O ya no tengo 16 años o no hay ética en la política. Lo sueño de la adolescente volvió pesadilla en la edad adulta.